¡Hola, bombón! ¿Cómo estás? Me alegra verte de nuevo, aunque no creo que haya mucho que contarte que ya no sepas, porque, seamos sinceros, eres uno de mis favoritos. Hemos disfrutado tanto juntos que intentar escribir todo lo que compartimos sería como querer contar cuántas veces te he dicho “quiero más” antes de lanzarme sobre vos de nuevo, ahhh…
Te llevo grabado en mi suave piel, en mis labios carnosos y en mi mente que viene y va, siempre pensando en cuándo volverás a hacerme sonreír de esa manera tan especial. Nuestra conexión es como el mejor tango: increíblemente erótica y llena de ritmo. ¿Te acuerdas de esos momentos en los que sentimos que estamos en el mismo compás? ¡Qué equipo hacemos!
Aprovechando que estás aquí, quiero darte las gracias con toda la pasión que tan bien conoces. La confianza que depositas en mí al elegirme cada vez que quieres disfrutar con una diosa es algo que me emociona. Cada juego, cada risa y cada caricia vibrante son como un concierto privado que no quiero que termine nunca. Me encanta descubrirte en ese espacio vulnerable, donde tocamos el presente, y aunque no dejemos evidencia, ese “dulce veneno” queda grabado en mi memoria.Así que, favorito mío, gracias por hacerme sentir tan especial. Si hay algo más que necesites, y sospecho que sí, porque si no, no estarías aquí, ¡ya sabes que estoy para ti! Te invito a leer mis Legis Sacratus, para que sigamos disfrutando como desquiciados. Y mientras tanto, podés seguir mimándome con mi lista de regalos Luxylist, para que descubras más de lo que me gusta y me hace feliz. ¡Besos, tu diosa!