Hola, desconocido.
Mirá, te cuento algo: todo lo que hago es pura observación, ¿sabés? A veces recibo unas llamadas que, te soy sincera, son una pérdida de tiempo. Pero no cualquier pérdida de tiempo, ¡eh! Una de esas que te dejan pensando “¿para qué me levanté hoy?”. Porque, vamos, no existe manera humana de explicarte quién soy y las maravillas que hago por teléfono. Es como tratar de describir el asado más espectacular de tu vida a un vegano… ¡No se puede! Y ahí estoy yo, bostezando por el pobre tipo que pregunta al otro lado del teléfono “hey nena, cuáles son tus servicios?”, como quien espera que le tire el menú de una pizzería. Y yo pienso: “¡Flaco, esto es experiencial, beibi! todo va depender de tu instrumento, tus ganas, tu experiencia comprobada… Y tu billetera, of course”.
Hoy en día, explicar lo que hacés sin que te malinterpreten es más difícil que quejarse del VAR y que alguien te dé la razón. ¡La fragmentación nos ha llenado de especialistas! Y yo no pretendo ser una más. Lo mío es servicio a medida, atención personalizada para esos clientes que valoran la calidad sobre el menú fijo. Cada encuentro es único e irrepetible, como un perfume exquisito que libera sus capas más profundas en la piel correcta…
Me interesa el uno a uno, el cara a cara, y ver qué pasa en cada encuentro. Eso es lo excitante de mi trabajo: ninguno es igual al otro. Algunos funcionan mejor que otros, obvio, y cuanto más tiempo nos conocemos, mejor es la cosa. Todo lo contrario a una relación normal, ¿viste? Porque acá no hay promesas, ni rutina, ni ese “¿compraste el pan?”, jajaja, que da ganas de salir corriendo. Acá jugamos con el deseo, el misterio, y la consciencia de que estamos viviendo algo único con una profesional en las artes amatorias. Y dependerá de lo que traiga cada uno el tamaño de la experiencia. Eso sí: sin culpas, listos para disfrutar y comunicarse de una forma más intensa. Eso es lo mío.
Y por eso construí esta plataforma, porque me tomo mi trabajo muy en serio, para llegar a clientes que entienden la calidad, el buen servicio y valoren el toque profesional, la dedicación al detalle, y mi expertise sobre el cuerpo, sus movimientos y sus puntos de deseo.
A mis clientes los cuido, los respeto y me interesa que disfruten de manera integral. Y como soy una chica independiente que hace mucho está en este negocio, hago lo que quiero: monetizo mi tiempo y mi autonomía corporal. Siempre lo hice y siempre lo voy a hacer. ¿Porqué? PORQUE PUEDO, jajaja.
Espero que con esto haya quedado claro. Y si no… bueno, seguí participando. ¡Que sigas bien! 1 besito.
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